EL BENTEVEO
Abriendo tamaño pico,
desde la rama más alta,
el benteveo me asalta
con su sarcasmo de chico:
¡bien e veo,
bicho feo!
Luciendo el pecho amarillo
en coqueto balanceo,
me hace burla el benteveo
con su insolente estribillo:
¡bien e veo,
bicho feo!
LA URRACA
Ha venido de paseo
la señora doña urraca
en constante parloteo
como un ruido de matraca.
Muy coqueta con su traje,
que parece el de una dama,
charla un poco en cada rama
y vuelve a salir de viaje.
Trae el pelo alborotado,
y la larga cola al viento;
y en continuo movimiento
se marcha para otro lado.
LA TIJERETA
Bajo la carpa del cielo,
su intrépida oltereta
hace audaz la tijereta,
en la fruición de su vuelo.
Con su linda boina negra,
que luce un pompón dorado
volando sobre el sembrado
el paisaje agreste alegra.
Desde el mirador de un gajo,
sobre el insecto se lanza,
y con rapidez lo alcanza
cortando el aire de un tajo.
y al igual que un trapecista,
ebria de azul y audacia,
con sus vuelos de acrobacia
nos entretiene su visita.
EL CARDENAL
blando vuelo, fino porte,
recia nota de cristal.
Lleva, como un mazorquero,
pañuelo encarnado al cuello
y birrete federal.